domingo, 27 de noviembre de 2011

Liborio, Chiva de corazón y Gallo ejecutor

Sólo cinco super líderes han avanzado a semifinales desde que se instauraron los torneos cortos, una víctima más fue el Guadalajara. En el Clausura, eliminaron, siendo octavos, al líder Tigres; ahora pagaron ese lastre en el torneo mexicano que significa ser el número uno en temporada regular. 
Los Gallos Blancos llegaron con la motivación a tope, con un técnico tocado por Dios y con jugadores entregados a la causa, totalmente conscientes de su humildad y limitaciones. Todo ello, complementado por una ciudad entregada y sí, en el fútbol también se gana corriendo.

En la Corregidora, unos líderes totalmente precavidos, con la sensible baja de Marco Fabián, Quirarte optó por entregarle la titularidad a Omar Arellano, quien salía de una lesión, lo que significó un hueco impresionante en la zona de creación y le costó a los visitantes entregarle la posesión del balón a unos mal entonados Gallos que salieron desde el primer minuto a comerse el campo. Al 10' Carlos Bueno a un gran servicio de Emilio López hizo una definición delicada, suave para colocar el balón pegado al poste marcando el inicio de la euforia queretana. Como era de esperarse, con la ventaja obtenida se replegaron un poco, sin embargo, Chivas nunca pudo crearle problemas a Liborio con un Manuel López Mondragón inquebrantable, Jesús Sánchez, el venado Medina, Sergio Ponce y Omar Arellano dieron constancia a ello. Taponando de forma perfecta las bandas, y entregándole el balón al bofo Bautista, este hizo de quarterback, lanzando trazos largos precisos a la ubicación de Emilio López y Bueno, dirigiendo de esta forma a los Gallos de pelea. Hibert Ruíz y Marco Jiménez se devoraron a la novel media del Guadalajara, y poco a poco los metían más en su cancha, la recompensa llegó al 69', teniendo como protagonista, de nueva cuenta, a Emilio López ante la imperdonable pasividad de Johnny Magallón mandando un centro al hueco para el atacante charrúa y líder Bueno, quien finalizó la jugada dándole un picotazo al esférico. 


Con la clara ventaja anímica y en el marcador,  los locales se olvidaron de toda vergüenza para defender  los goles obtenidos, las Chivas atacaban estérilmente, se acercaban pero sólo eso. Prueba de ello fue el Venado Medina, se quitó a tres adversarios sobre la banda, otro más en el área para desaprovechar la oportunidad más clara del todo partido para su causa. Increíblemente la creatividad y empuje que buscaban en el ataque estaba en el banquillo: el chatón Enríquez; desde su ingreso al 74', por Gallardo, nunca le tomaron la marca, merodeando el área y con la sensación, de que si no fuera tan torpe, pudo haber finalizado alguna acción que inició correctamente. Se combinó este ingreso, con un desafortunado cambio de Cardozo, dio entrada a Cortés por Bueno, ya para amarrar el resultado, formando una línea tres lo que desajustó la zona defensiva originando el gol del chatón.


El partido de vuelta se topaba con un estadio Omnilife impregnado en un ambiente optimista, esperanzador de cambiar la historia pero con la salvedad de que esa confianza no era de los locales sino de los más de 8 mil queretanos que hicieron el viaje para apoyar a su equipo teniendo al dueño del equipo, el croata Zlatko Petricevic, a la cabeza en los cánticos, empañaron una vez más esa hermosa cancha (por su arquitectura) y confirmándola como la más fría de toda la primera división, para variar no se llenó en un partido decisivo.
Ya en conceptos estrictamente futbolísticos el regreso de Marco Fabián era buen aliciente y, por sus buenos 25 minutos jugados en el de ida, el chatón Enríquez tomaba un lugar en el medio campo junto al pato Araujo, formaban parte de una posible resurrección Chiva, mientras tanto la cenicienta del Apertura repetía su experimentada alineación bajo la premisa de evitar un gol a toda costa. 


Si Víctor Hugo Hernández, portero local, tocó el balón 5 veces con las manos en el partido fue bastante, a base de centros frontales, el Guadalajara buscó anidar el balón en la portería queretana, tal vez uno de los partidos más desordenados defensivamente (de los tres que jugaron) contra el líder general, eso no importó para que Liborio Sánchez, de aquel que hablé en la previa, se erigiera como el jugador de la liguilla (hasta el momento) dando un partido espectacular. El arquero surgido en las Chivas, sacó absolutamente todo, hasta 7 goles cantados por los remates atropellados de los delanteros del rebaño. No obstante la mayoría de esas definiciones se dieron en los primeros 45', antes de que Fernando Quirarte amontonara atacantes sin razón de ser. El partido lo terminó jugando con Antonio Salazar, Omar Arellano y el cubo Torres como delanteros, atrás de ellos el venado Medina, Jorge Mora y el chapo Sánchez, es decir, seis atacantes más las subidas de Ponce y Enríquez, en conclusión le hicieron la tarea a los defensores del Querétaro en la segunda parte, ocupando los espacios y estorbándose entre ellos, aunque, aún así pudieron a través de rebotes y jugadas atropelladas anotar el gol de la clasificación, mas las que no atajaba Liborio ellos mismos las echaban afuera.


Una muy digna clasificación de los Gallos Blancos, con un Liborio inspirado, una gran defensa sobre todo en el partido de ida así como teniéndolo a Carlos Bueno en su mejor versión, siendo punta de lanza de este equipo. Cardozo seguramente repasará el vídeo y no tirará al equipo de esa forma, tan atrás, frente a Tigres, porque ellos sí cuentan con atacantes de jerarquía y no pueden dejárselo todo a Liborio, otra vez. 

En el rebaño todo se resume en su delantera inoperante (el cubo Torres, Omar Arellano), inexperta (el chapo Sánchez, el hulk Salazar, Jorge Mora) y dependiente (el venado Medina y Marco Fabián), la baja de Michel ni pesó. 

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