jueves, 26 de abril de 2012

El Barça de Guardiola pierde (y también gana)

Una sola semifinal remontada, luego de un marcador en el partido de ida desfavorable, ha tenido en toda su historia, fue en la antigua Copa de Europa; en la temporada 1985/86, los culés realizaron una gesta, al levantar un 3-0 del Göteborg, llegaron al Camp Nou y empataron el global, para culminar la obra derrotándolos en penales, sin embargo, en la final, con todo a favor, no pudieron con el cerco del Steaua rumano impuesto en Sevilla. El Barcelona perdió en penales y continúo la tradición victimista de la entidad hasta que llegó Cruyff como director técnico dos años después. Todo el mundo sabe lo que implicó ese cambio de rumbo, de mentalidad, de sistema, de TODO. 

Brinco algunas décadas hasta la llegada de su alumno más avanzado, Josep Guardiola. El de Santpedor ha ganado 13 títulos de los 16 que ha tenido alcance (ahora 18), un porcentaje de efectividad altísimo en medio de toda la vorágine que representa uno de los clubes más grandes del mundo; la grandeza de su gestión es, por sus detractores, constantemente minimizada pero a un año de su llegada, y su principal rival al verse superado en todos los renglones, cambió de presidente, entrenador y revolucionó la plantilla para darle alcance. Mientras Guardiola consolidaba a Sergio Busquets, Pedro y elevaba a Messi a un rendimiento superlativo, el Real Madrid, primeramente, pagaba 96 millones de euros por Cristiano Ronaldo, otro tanto por Benzema y Kaka. A pesar de las rimbombantes contrataciones el club tampoco pudo darle alcance, y su transformación fue aún más drástica, para el tercer año de la dictadura blaugrana,  al contratar al técnico ganador de la Champions con el Inter. José Mourinho de apoco fue ganando poder, hoy en día, es el director técnico, director deportivo y encargado de dirigir la comunicación del club blanco. Durante ese proceso rebajó al Real Madrid a un club de hooligans o ultras sin importar las consecuencias, utilizando cualquier recurso para lograr sus particulares objetivos.

Esa referencia que doy del Madrid, es la última de la columna y sólo fue un breve pero muy breve recordatorio de algunas medidas que tuvieron que hacer para lograr quebrantar la hegemonía. En cualquier parte del mundo, el reinado del Barça se alargaría por varios lustros, no obstante, en el primer mundo futbolístico, en especial en España, el club de la capital y del poder; el centralismo por excelencia jamás iba a permitirse estar en un segundo plano, no importaba que no brillara en Europa mientras fuesen ganadores en casa. Se tardaron cuatro años, y según ellos, han restablecido el orden natural de las cosas.

El Barcelona tuvo cuatro días de terror, la derrota en el clásico en el Camp Nou, supuso la pérdida de la Liga y el miércoles ha sucumbido ante el Chelsea. La historia se repitió como hace dos años al caer eliminados con el Inter en estas mismas instancias. El Barcelona atacó por cielo, mar y tierra, es decir, por todas las vías; 47 remates a gol en los dos partidos, en cambio recibieron únicamente 4 tiros a puerta. Con picos de posesión en ambos encuentros del 80%, el fútbol no entiende de lógica y sólo en el renglón donde intervienen de forma intrínseca las matemáticas es en el casillero de los goles. El Barcelona marcó 2 goles por 3 del Chelsea. Amén de las alineaciones de Guardiola, del planteamiento de Di Matteo, del protagonismo de Drogba o del ocultamiento de Messi nos regalaron un enfrentamiento épico que quedará guardado en los anales de la historia de la competición. 

Más adelante escribiré acerca de los errores de Guardiola que derivaron en el alejamiento de la lucha por la liga, ya que en una competición de matar o morir como lo es la Champions, contrariamente como lo piensa Mourinho, gana el mejor pero superando o beneficiado por una serie de circunstancias que se verían solo en un Mundial o Eurocopa. El fútbol te da y te quita, jamás regala o roba, un simple cambio en la semántica, deriva en muchas situaciones. Hoy el Barcelona debe aprender de sus errores, como hace dos años, y levantarse, más allá de todas las personas que esperaron con ansías este momento con la escopeta cargada; la forma de ganar ha sido modélica y la de perder engrandece a este club enalteciendo las virtudes del contrario y no escudándose en factores externos.
 

El club con o sin Guardiola seguirá por la misma vereda, el pasado (Xavi, Puyol, Valdés), el presente (Messi, Iniesta, Busquets, Piqué, Thiago, Cesc) y el futuro (Cuenca, Tello, Bartra, Montoya), es formado por La Masia, sin olvidar que los fichajes (Alves, Alexis, Afellay, Villa, Mascherano) todavía pueden dar más de sí; lo único que le falta al equipo son retoques, el pesimismo está de más, las bases siguen siendo las mismas, no se tiene que hacer una tormenta en un vaso de agua, el Barcelona seguirá dando de que hablar..

"Oh lele, Oh lala, ser del Barça és el millor que hi ha" cantaba el Camp Nou, no hay quer mirar a otros simplemente trabajar en el ideario, el cual permanece como el día de Sant Jordi: intacto.