sábado, 17 de marzo de 2012

Sin Varas ni Abidal en un intercambio de golpes

Un partido en el Ramón Sánchez Pizjuán diametralmente opuesto al vivido en la primera vuelta, como bien lo escribí cuando se enfrentaron en octubre (El barça se midió con una Vara muy alta), el héroe de aquella noche fue el arquero Javi Varas, titular en toda la primera vuelta. Con la destitución de Marcelino del banquillo, el nuevo técnico elegido para enderezar el barco, Michel no sólo le regresó el protagonismo al otrora capitán, Andrés Palop, sino que le dio la confianza a los viejos buques insignia de la institución maltratados por García Toral. Los Kanouté y Escudé tienen de nuevo la titularidad, hasta un hijo pródigo que se marchó muy joven a Londres, retornó para darle vida al proyecto, José Antonio Reyes que no encontró la regularidad en el Arsenal, ganó una liga con el Real Madrid y confianza en el Benfica, su cénit futbolístico apareció con el Atlético de Madrid. Llegó con el dorsal 21 en la espalda en busca de ser el jugador franquicia de la institución, algo que se ve lejísimos al diluirse tan rápido el impacto de su arribo. 

 
Sin Varas, Negredo y Fazio en el Sanchéz Pizjuán pero con el líder espiritual en la portería, el francés en el eje de la defensa, el mali en la delantera y el utrerano como bandera, recibieron al actual campeón de liga que no pierde en Sevilla, por liga, desde el 2007. Con el antecedente del catenaccio en el Camp Nou, Michel apenas en su sexto partido en el timón (dos victorias, un empate y dos derrotas), apostó por hacerle un partido valiente, dispuso dos líneas de cuatro adelantadas esperando los embates blaugranas y a Manu del Moral como punta de lanza, retrasando unos metros a Kanouté.
Una primera parte que arrancó recordando a los que ya no están y a los que tuvieron que dejar a sus compañeros. Estanislau Basora, un mito del barcelonismo murió a la edad de los 85 años, era un extremo que acompañaba en la delantera a Kubala y a César, y junto a una gran generación fueron denominados como el Barcelona "De les Cinc Copes", ganándolo todo en la temporada 1951-1952. También el 15 de marzo, se le diagnosticó a Eric Abidal la necesidad de un transplante de hígado, recordando que exactamente un año antes le detectaron un tumor hepático, el cual fue extirpado de inmediato.

Después del minuto de silencio, los visitantes dominaron a placer, el planteamiento de Guardiola ayudó a la circulación, poniéndolo a Iniesta como extremo y a un Cesc, especialmente dulce en el último pase, que partido a partido se encuentra mejor como interior. Adriano, sustituyendo al francés, en su primera y única subida, entró como puñal en el área, un paso atrás Spahic le impidió que encarará a Palop. El tiro libre fue cobrado, magistralmente, por Xavi, anotando su noveno gol en la temporada, es el mejor registro en su carrera. El gol más que despertar a los andaluces, los adormiló, sólo un despiste de Piqué en un centro frontal de Navas que no cortó, le permitió a Manu del Moral ganarle el frente y estrellar su remate de cabeza en el larguero. Realmente es alarmante el bajo nivel del novio de Shakira, siempre llegando tarde a los cruces, dubitativo en el uno a uno, y lento en las coberturas, ojalá el tiempo que invierte en las redes sociales ya lo emplee en el entrenamiento que lo encumbró a partir del 2006 como uno de los mejores cinco centrales del mundo, hoy está a años luz del que llegó del Manchester United. El barça amplió la ventaja gracias a la decisión de Cesc en un balón dividido, la toco a Messi, quien se la compartió a Iniesta, estiró la jugada hasta que la Pulga ocupará el medio, se la cedió y en la entrada a los límites del lugar de Palop, le tiró un caño a Spahic y definió con otra vaselina de la casa, una nueva pintura, otro detalle picaresco y otro gol a lo Messi, el número 150 de la liga, sin fuerza, sin efectos extraños del balón, sin colaboración del portero, es decir, un gol imposible para los demás terrestres.

Palop evitó el tercero, de los pies de Pedro, Cesc, Iniesta y Alexis (en su ingreso en la segunda parte), fue un valuarte, tal vez su retiro está próximo pero como jugadores de su tipo, el presidente Del Nido haría menos arengas entre semana y la afición acostumbrada a títulos añoraría esa época con tanta nostalgia por su incapacidad del equipo en la actualidad. El Sevilla jugó sin complejos pero la calidad de su plantilla dista en demasía de equipos que aspiran a éxitos. Por ejemplo, Luis Fabiano tenía una contundencia inusitada, y hoy Manu del Moral ocupando su posición, un joven con mucha proyección, hizo estragos en la defensa especialmente por el sector de Piqué, sin embargo, las dos oportunidades claras que tuvo las falló de manera clamorosa, esas ocasiones en la cabeza y en el pie del delantero brasileño eran goles.

Messi se puso a 4 goles de César, el Barcelona momentáneamente a 7 del líder de la competencia, y el Sevilla queda en la zona muerta de la tabla, no peligra y tampoco aspira. 

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