El fenómeno de Compostela: a 15 años de Ronaldo

El día de hoy, pero de 1996 en el Multiusos San Lázaro del Compostela, Barcelona como líder invicto visitaba aquella ciudad. Ganaron 1 a 5, sin embargo, más allá de la goleada, el tercer gol ha quedado marcado en la memoria colectiva como la demostración y el estado de forma de un incipiente crack en ciernes: Ronaldo. 

Recuperó un balón en el medio campo, recorrió 48 metros en un sprint hasta llegar al área rival, pasando por encima, literalmente, a 6 defensores y fulminando al arquero rival con un disparo raso; todo esto en 11 segundos. Una clara muestra del joven (de 20 años), de habilidad, potencia y contundencia. Nunca he visto un futbolista como él, capaz de hacer goles que valga la expresión podría comparar con la simbólica frase de Muhammad Ali "vuelo como mariposa, pico como una abeja" curiosamente con el fenómeno se aplicaría pero al revés; aquella muestra reflejaría lo que serían los goles de Ronaldo los años siguientes, siempre arrancaban con una fuerza intempestiva casi supernatural y finalizaban de la forma más bella y sutil, acariciando el balón, invitándolo a entrar ante la dejadez de los arqueros como si fuesen  simples conos, el esférico los esquivaba de una forma tan simple que hacía parecer que cualquier persona común lo podría lograr, pero Ronaldo no era una persona común y corriente. 

Logró en esa temporada 34 goles en 37 partidos de liga, ganó el FIFA World Player y provocó que Nike pagara 31,372 euros a la LFP (Liga de Fútbol Profesional) para realizar un comercial y empezar a montar un aparato mercadológico alrededor suyo, algo sin precedentes. 

A partir de la brillante temporada con el Barcelona, se marcó un parteaguas en su carrera, triunfando a donde fuera y superando las peores adversidades posibles, esas rodillas no pudieron contener todo el talento y sobre todo me deja la pregunta, qué hubiera pasado si Ronaldo hubiese jugado más temporadas en el Barça, no tengo dudas que esos 102 goles marcados en el Real Madrid se hubieran duplicado fácilmente con la elástica blaugrana, desafortunadamente Josep Lluis Núñez, presidente de esa época, consideró que no valía la pena renovarlo y prácticamente se lo regaló al Inter de Milan. 

Compostela presenció a un fenómeno, en Madrid ganó pero en Barcelona se disfrutó de todo su esplendor; a mi gusto si algún niño pregunta quién es Ronaldo (el fenómeno auténtico, no Cristiano) o cómo jugaba habrá que enseñarles vídeos vestido de culé para que comprenda que los superhéroes también jugaban fútbol.