sábado, 12 de noviembre de 2011

El éxtasis charrua y la implosión chilena

Todo le sale bien a Uruguay, en el partido de hoy, ni siquiera resintió la baja de Forlán, la inercia del buen momento vivido en la pasada Copa del Mundo, la consecución de la Copa América y la jerarquía que tienen sus jugadores en Europa y el continente sigue palpable. Recibió la visita de la selección chilena en medio de problemas internos, en cambio de Uruguay, ese gran instante y fútbol en las eliminatorias pasadas y en Sudáfrica 2010 se está extinguiendo tan pronto como la semilla que sembró Marcelo Bielsa es tapada por la hierba de los jugadores empeñados en borrar el prestigio adquirido gracias al loco rosarino. En la concentración previa al partido, tres jugadores pilares (Vidal, Valdivia y Beausejour) y dos buenos recambios (Carmona y Jara) de los dirigidos por Borgui llegaron tarde a sus cuartos de hotel por estar en un "bautismo", se les pasó la dosis de vino de consagrar y fueron separados de inmediato del plantel, el bichi ya los borró mientras siga como director técnico. 


Jara, Valdivia, Beausejour y Vidal.
Era cuestión de tiempo para que Uruguay se ensañara con Chile, pasaron cuarenta minutos de asedio charrúa; Waldo Ponce, del Cruz Azul mexicano, se empeñó en iniciar las jugadas y salir de esa forma todo el partido, una apuesta sumamente arriesgada considerando su técnica individual, sirvió como recompensa de la presión adelantada uruguaya; llegó al 41', Edinson Cavani recuperó el balón mal entregado de Ponce en medio campo, se la cedió a Luis Suárez que condujo unos 20 metros ante la pasividad del central cementero y decidió pegarle afuera del área, el balón raso y colocado se introdujo en la portería de Claudio Bravo. Este error contagió a sus compañeros, Claudio Bravo, una de sus virtudes es la seguridad de manos, salió mal y dejó un centro inoperante a merced de Cavani, quien tocó sutilmente por arriba del portero de la Real Sociedad, Contreras la sacó de la raya dejando un balón templado para que Ponce la sacara, nunca se esperó que llegara una locomotora uruguaya vistiendo la 9 celeste y lo arrolló marcando su segundo gol del partido.  

Ya en la segunda parte los charruas consintieron a los chilenos, hasta parecía que se solidarizaban con ellos, esta tensa calma llegó con tibios ataques encabezados por Matías Fernández, el mejor de los visitantes, que no encontraba un socio, extrañando en demasía a Alexis Sánchez (descartado por precaución) y en el campo un pálido chupete Suazo, un inexperto Matías Campos y un voluntarioso pero poco dúctil Eduardo Vargas, no inquietaban a la solidez de Lugano y compañía. El bichi buscó respuestas en su banquillo ante tal comodidad uruguaya, y los sacó a Mirosevic y Esteban Paredes para avivar a los suyos; precisamente estos jugadores a minutos de su ingreso armaron la jugada que culminaría en gol de Matías Campos, festejaron dos minutos aproximadamente sin que los uruguayos, tan confiados ellos, no hicieran reclamación alguna sino el asistente de Héctor Baldassi se mantuvo con la bandera arriba hasta que el de negro argentino asintiera el correcto fuera de lugar decretado. Frente a la incipiente reacción, los locales volvieron a buscar a su cliente de toda la noche, Waldo Ponce y así fue cuando salió a por Cavani en un pase de Martín Cáceres, al sentir la presencia del desastroso defensa, le devolvió la pared al jugador del Sevilla dejándolo solo en el vértice de la área, levantó la cabeza y puso un centro, como con la mano, para el remate a placer del centro delantero del Liverpool marcando su hat-trick de la noche. 

Los jugadores de la roja ya entregados a sus verdugos aún dispararon hasta en tres ocasiones, sin embargo, Muslera se quería unir a la fiesta y sacó un par de ellos de gran forma; y porque poker mata tercia, un Luis Suárez totalmente suelto moviéndose por todo el frente del ataque, se acompañó con su mejor socio, el jugador del Napoli intentó regresarle tal cortesía pero recordando la ley de Murphy (si algo puede salir mal, saldrá mal) Ponce punteo la pelota largándola a la ubicación de Suárez, al ver el empeño del patético defensa sintió que no era correcto dejar la jugada, así que le pegó como venía, convirtiéndose en el jugador del partido y líder de goleo de las eliminatorias.


Panorama completamente obscuro el del bichi, dos visitas y sendas goleadas recibidas, tocará rearmar el plantel, las terribles bajas de Valdivia y Vidal son un lastre en sus aspiraciones mundialistas, Alexis Sánchez no podrá solo; la roja jugando con ese estilo temerario, lo tendrá complicado, en el fútbol también se defiende y cuando el enemigo lo tienes en casa es imposible gestionar la herencia de Marcelo Bielsa. 
Ahora toca Paraguay en Santiago, Uruguay descansa.


  • el 10-- Luis Suárez. El Liverpool tiene oro puro.
  • el balón de hojalata-- Chupete Suazo. Le echa demasiada crema, juega sobrado, hasta a veces se observa como si les hiciera un favor al jugar con Chile.
  • ¿¿ jugó ??-- Waldo Ponce. No es ensañarme con él, ni hacer leña del árbol caído pero si alguien le gusta jugar de defensa central haga absolutamente todo al revés como lo hace este "profesional".

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